lunes, 2 de junio de 2014

Ernesto "Che" Guevara


Ernesto “Che” Guevara (14 de mayo de 1928 – 9 de octubre de 1967)



"En medio del caos y el pánico, mientras unos caían heridos y otros huían en todas las direcciones, Ernesto tuvo que decidir en un instante si salvaba un botiquín o una caja de municiones. Optó por lo último. Si hubo un momento de decisión en la vida de Ernesto Guevara, fue ése. Aunque tenía el título de médico, sus instintos eran los de un combatiente" 
Jon Lee Anderson

El inicio

La vida de uno de los bastiones revolucionarios más importantes en la historia de la humanidad, dio inicio un 14 de mayo de 1928. Dentro del seno de una familia “acomodada”, Ernesto fue el mayor de los 5 hermanos. Su infancia transcurrió de manera agitada, y no sólo por los constantes cambios domiciliarios sino por el asma crónico que le fue diagnosticado cuando tenía apenas dos años.
El “Che” fue alimentado con pasiones políticas desde muy temprana edad. Entre 1936 y 1939, la Guerra Civil española arrojó al exilio a grandes grupos de republicanos que buscaron refugio en distintas partes de América. En aquel tiempo, la familia del “Che” residía en Alta Gracia, región ubicada al sur de Córdoba, Argentina. Esta provincia recibió a varias familias de exiliados. En el hogar de la familia Guevara, fueron acogidos los hijos de Juan González Aguilar, jefe de sanidad de la Armada durante la República; esto llevó al “Che” a tener contacto directo con las cartas y noticias que llegaban de España. La vocación política de su familia creció apasionadamente, así como su apoyo total a la República acosada.
Al tiempo que la República española fue derrotada, se disparó la Segunda Guerra Mundial. En Argentina se levantaron los ánimos y, especialmente en Córdoba, se elevó la preocupación por la comunidad alemana de Calamuchita, en las cercanías de Alta Gracia. Ernesto Guevara Lynch, padre del “Che”, y un grupo de amigos, se dedicaron a organizar brigadas encargadas de vigilar los movimientos alemanes de la comunidad citada. Este fue otro de los movimientos que impulsaron la militancia política del “Che”.
Así se agotó la infancia de Ernesto. Posteriormente, en 1948, con 20 años de edad, ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Su quehacer médico no le impidió continuar con su gran afición por la lectura, misma que fomentó en gran parte su pensamiento crítico ante las situaciones políticas de América Latina. Se tituló el 11 de abril de 1953. Rápidamente se convirtió en especialista en lepra, y esto lo llevó a viajar por toda América. Especialmente en un leprario de Perú, pudo notar las gravísimas carencias de los pueblos latinoamericanos; así nació su necesidad por luchar en contra de los regímenes autoritarios causantes de abismales desigualdades.
Pronto, Ernesto “Che” Guevara se convirtió en un viajero irremediable, así se fue familiarizando con los conflictos políticos de distintos países; sin embargo, Guatemala fue su experiencia definitiva. Veía en ella un movimiento izquierdista democrático y revolucionario al que se adhirió inmediatamente. Además, en Guatemala conoció a los primeros exiliados cubanos. Entonces conoció la información pertinente del gobierno de Batista, y supo de la aprehensión del líder revolucionario cubano: Fidel Castro, condenado a quince años de prisión. Los mismos expatriados planeaban regresar pronto a Cuba y luchar junto a Fidel por la revolución. El “Che” fue atacado por los ideales revolucionarios en Guatemala, el “Che” que conocimos surgió ahí, y allí también se formó su pensamiento a favor de la revolución violenta como única forma de derrocar un gobierno autoritario.


El “Che” guerrillero


Ernesto “Che” Guevara es recordado y se mantiene vivo por lo que vino después de Guatemala. El paraíso de izquierda que Ernesto imaginaba, descubrió su más cruel rostro en Carlos Castillo Armas, quien, apoyado por Estados Unidos, lideró un golpe de estado y comenzó una persecución furtiva en contra de los comunistas; entre ellos, “Che” Guevara. Ernesto tuvo que partir, como guiado por su destino histórico, hacia México en busca de asilo político. Tiempo después, los seguidores de Fidel Castro recibieron la orden de reunirse en México para organizar un movimiento armado que, una vez en libertad, el mismo Castro lideraría. Así que Ernesto Guevara se reencontró con sus camaradas cubanos, se enteró del movimiento: México era la parte final para la consagración de la guerra de guerrillas que llevaría a Fidel y al Movimiento 26 de Julio a tomar el poder en Cuba y derrocar a Batista.
            Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara se conocieron días después de la llegada de Castro a México el 7 de julio de 1955. Después de varias horas de conversación entre ambos, Fidel lo invitó a unirse al Movimiento; Ernesto aceptó sin vacilaciones.
Fue hasta el 2 de diciembre de 1956 cuando el Movimiento 26 de Julio, integrado por 82 guerrilleros, llegó a Cuba en el famoso yate Granma. Su llegada sorpresa fracasó rotundamente; el ejército acabó con la mayor parte de ellos, no se sabe cuál fue el número de sobrevivientes del yate, pero oscila entre 15 y 25 hombres. Sin embargo, Fidel y Ernesto libraron la primera batalla. Escondidos en un pueblo de campesinos, continuaron con la lucha; primero, reconstruyeron el grupo con gente de la comunidad rural en la que se ocultaban y, posteriormente, rearmaron la estrategia guerrillera que los llevó al triunfo. Fue el 1 de enero de 1959 cuando las tropas de Fidel Castro consolidaron la Revolución Cubana, terminaron con el régimen militar de Batista e implementaron la política comunista por la que abogaba el Movimiento 26 de Julio.
“Che” Guevara, que fungió como Comandante durante el movimiento armado, permaneció algún tiempo en Cuba con altos cargos políticos, pero su vocación libertadora siempre inquieta, lo llevó a desertar de sus cargos y llevar la lucha de la revolución violenta a otras latitudes. Entre 1965 y 1967 luchó por la libertad en El Congo y en Bolivia; en este último, fue muerto por el ejército boliviano y enterrado clandestinamente.

El “Che” de hoy

Hoy Ernesto Guevara está más muerto que nunca. Los movimientos revolucionarios y anarquistas lo toman como su más alto símbolo, pero no respetan los ideales de un hombre que luchó hasta el final por sus ideales antisectarios. En América Latina, han regresado, si es que alguna vez se fueron, las políticas autoritarias contra las que se luchó en aquella década en Cuba. Además, la imagen del “Che” se ha convertido en una estrategia publicitaria y se han olvidado los valores revolucionarios que Ernesto intentó legarnos. Hoy su imagen se ha convertido en una excusa para autodenominarse anarquista, se ha convertido en una moda. Hoy, “Che” Guevara está más muerto que en Bolivia.

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